Es sabido que en Argentina hay un elevado porcentaje de la población que cuenta con algún familiar italiano en su árbol genealógico.
La cultura italiana está muy presente en el país y los argentinos mantienen hábitos muy ligados a Italia por la influencia tan cercana de quienes llegaron al país en varias oleadas de inmigración y dejaron su huella presente.
La identidad italiana se mantiene viva en cada rincón del país y se refleja en la forma de ser, en la comida y en el habla. Si te estás preguntando qué posibilidades tenés de acceder a la ciudadanía italiana por descendencia, el primer paso entonces será armar tu árbol genealógico y ver quién es tu antepasado o tu “avo”. Sólo así podrás saber si podés o no acceder a la ciudadanía “Ius sanguinis” (iure sanguinis), es decir, “por derecho de sangre”.
¿Pero de qué se trata? Quiere decir que si en tu familia hay o hubieron familiares italianos, es muy probable que puedas demostrar tus lazos de sangre y convertirte en un ciudadano más, tal como contempla la Ley 91/92.
Para acceder al reconocimiento de la ciudadanía italiana hay que demostrar el vínculo con un antepasado o familiar italiano, pero además, es necesario probar que nadie en la descendencia renunció a la ciudadanía italiana naturalizándose argentino. De esta forma se comprobará que la cadena no se interrumpió y que se conservan los lazos de sangre.
En lo que refiere a la ciudadanía por descendencia, hay dos formas de acceder: una es por línea paterna, que se transmite de padre a hijo sin límite de generación y la otra es por línea materna a través de la cual la ciudadanía es posible para los hijos nacidos después del 1º de enero del 1948 (fecha de entrada en vigor de la Constitución italiana).
Antes de pasar a los documentos que son necesarios para probar el vínculo, los procedimientos se encuentran formalizados en la circular N° K.28.1 del 8 de abril de 1991 del Ministerio del Interior. La autoridad que tendrá que analizar la documentación dependerá del lugar de residencia. En el caso de tramitar la ciudadanía en Argentina, dependerá del consulado italiano de la localidad que corresponda.
Como primer paso es muy importante identificar quién es nuestro antepasado, porque a partir de ello habrá que demostrar con toda la documentación que indicaremos a continuación los lazos que nos vinculan. Por eso, si estás recién empezando, será fundamental reunir toda la información posible: nombre y apellido, lugar de nacimiento, fechas estimadas de nacimiento y nombre y apellido de los padres.
Una vez que cuentes con todos los datos, tendrás que presentar ante el consulado los siguientes documentos:
El Certificado de Naturalización es uno de los documentos más importantes, porque nos indicará si podemos o no acceder por el principio de “Ius sanguinis” a la ciudadanía. Si el Certificado resultara positivo, deberá contener la fecha de “juramento” o la fecha de “otorgamiento de la carta de ciudadanía”, ya que hay algunas excepciones que indican que si una persona renunció a la ciudadanía italiana, podría volver a adquirirla en caso de que se cumplan con ciertos requisitos. Ello puede suceder si, por ejemplo, tu “avo” se naturalizó argentino después del nacimiento de su descendiente, que podría ser tu padre. En este enlace se puede descargar el modelo a presentar.
La sentencia de naturalización también podrá ser solicitada en:
Luego será necesario presentar de cada uno de los descendientes en línea recta:
Recordá que si por cuestiones de tiempo te es más fácil, podés contratar un servicio de gestoría, como el de la agencia Visure Italia, que te asistirá con rapidez en la búsqueda y solicitud de las partidas para que armes tu carpeta con celeridad:
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Si, por ejemplo, existiese un divorcio, tendrás que presentar la sentencia que corresponda, al igual que si se hubiera una sentencia de adopción.
Una vez que tengas todos tus papeles listos, es decir el acta de nacimiento de tu “avo” ya en papel expedida desde Italia, en caso de que sea sólo el nacimiento y el resto de las actas en línea recta hasta llegar a tu persona expedidas por el Registro Civil que corresponda, el próximo paso será solicitar el Certificado de no Naturalización y con todo ello podrás iniciar las traducciones.
Es probable que cuando quieras pedir tu Certificado en la Cámara Nacional Electoral te pidan que la partida italiana esté traducida al español, será la única partida traducida al español (si es sólo el nacimiento) ya que el resto de las partidas que sean expedidas por el Registro Civil argentino, deberán ser traducidas al italiano, por un traductor público.
Es importante que sepas que podés realizar la búsqueda por tu cuenta, sin intermediarios, y acceder a toda la documentación para obtener la ciudadanía por “derecho de sangre” o reconstrucción. Todas las actas solicitadas en las oficinas del Registro Civil deberán ser pedidas para el trámite de doble ciudadanía y entregadas en copia fiel.
Si la fecha de emisión de las actas es anterior al 1/7/1990 tendrán que ser legalizadas ante el Ministerio de Relaciones Exteriores y luego traducidas y legalizadas por el Colegio de Traductores. Una vez que toda la documentación esté traducida y timbrada o legalizada en el caso que corresponda, podrás sacar el turno en el consulado y esperar a que sea tu día de suerte para presentar todos los documentos y acceder a la ciudadanía.
Presentar los documentos no implica el reconocimiento instantáneo de la ciudadanía. Habrá que esperar a que el consulado examine la documentación y en contacto con el comune que corresponda, se procederá a la confirmación y otorgamiento, siempre que no existan motivos que impidan que esto ocurra.
Acceder a los documentos para el reconocimiento de la ciudadanía es una búsqueda que requiere de mucha constancia, pero el camino es apasionante ya que te ayudará a conectar con tu identidad y con tus orígenes.
Localizar y solicitar las partidas para armar la carpeta es posible, sin importar cuán difícil sea. Si sos tenaz y no bajás los brazos, podrás armar tu carpeta para obtener la ciudadanía sin dificultades.¡Tenés opciones y eso es lo que cuenta!. La pregunta es: ¿estás listo para empezar la aventura?
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